En este extenso artículo, publicado en la revista First Monday, Graham Cormode y Balachander Krishnamurthy identifican de forma exhaustiva las transformaciones más relevantes de la arquitectura y estructura de la Web 2.0 en oposición a la Web 1.0: el recurso a métodos enriquecidos que permiten, facilitan y fomentan la participación e interacción de/con los usuarios; la adopción de nuevos estándares y tecnologías (XML, AJAX, REST -Representational State Transfer-, APIS, etc.) y, especialmente, la adopción de una actitud y filosofías diferentes respecto a nuestra posición en la Web: los usuarios no sólo leemos contenidos, sino que los producimos y compartimos. Hemos pasado de ser meros consumidores a ser prosumidores. El usuario es el protagonista.
Fuente: Aysoon |
Cormode y Krishnamurthy analizan con detalle las características técnicas más relevantes de la Web 2.0, que quedan recogidas en una completa tabla a la que poco o nada se puede añadir, pues creo que están presentes todas las funcionalidades que definen un sitio 2.0; en este sentido, coincido con la idea expresada de que muchas veces puede resultar complicado clasificar un sitio o una herramienta como 1.0 o 2.0 (las cosas no son blancas o negras), puesto que muchas aplicaciones y servicios son sencillamente 1.5 o "híbridos" al incluir y mezclar características tanto de la Web 1.0 como de la Web 2.0.
Especialmente interesantes son los apartados del artículo dedicados a describir diferentes métodos que permitan realizar estudios métricos sobre los resultados de los servicios y herramientas de la Web 2.0, aunque también creo que no debemos obsesionarnos con los datos y las cifras. Por ejemplo, en el caso de redes sociales como Facebook o Twitter (que ahora mismo estamos usando todos) creo que es muy interesante poder saber el número de retuits o los "me gusta" que recibe nuestro perfil, las menciones y favoritos, o los reply e interacciones que mantenemos con nuestra red; el tipo de contenido que gusta o retuitea la gente y también a qué horas lo hace puede darnos mucha información; en cambio, el número de fans o followers (por poner un ejemplo) que tenga un determinado perfil me parece menos relevante o, al menos, un indicador secundario: se trata sólo de un número que no nos indica el valor, éxito o popularidad de un determinado perfil, es decir, que no podemos identificar volumen con relevancia o popularidad. Conseguir medir estos aspectos no debería de ser (espero) excesivamente complicado porque, afortunadamente para nosotros, tenemos a nuestro alcance muchas aplicaciones que nos permiten extraer información a partir de indicadores como los citados: Socialmention, Backtype o Thinkup entre otras muchas. Ahora bien, no sólo más complicado sino también fuera de mi alcance creo que sería la construcción de un crawler.
Por último, hacer referencia a la idea de balcanización que, de hecho, opino que es inherente a algunas redes sociales y con la que, por cierto, estoy totalmente de acuerdo. Para mí el ejemplo más evidente en este sentido es Facebook: un "jardín privado" del que no tienes que salir (ese es el objetivo) porque puedes hacerlo todo ahí: correo electrónico, chat, actualizaciones de amigos, ¿un buscador? (¿comprará Facebook Bing?), etc.